“COLONIZACIÓN FENICIA”: PUEBLO DE COMERCIANTES
- bloglamina
- 9 mar 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 9 may 2020
MIKEL BARANDALLA TROYANO
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO
CIENCIAS POLÍTICAS Y GESTIÓN PÚBLICA
Fenicia es el nombre adoptado por una antigua región de lo que hoy es comprendido como Oriente Próximo, la cual se extendía hasta la Península Ibérica por occidente, la desembocadura del río Orontes al norte y la bahía de Haifa al sur. Comprendía lo que actualmente son Israel, Palestina, Siria y Líbano. Es preciso situarla a partir del año 3000 a.C. cuando los primeros semitas cananeos fueron ocupando este territorio. No obstante, no sería hasta el año 1200 a.C. hasta que el establecimiento de una civilización se llevaría a cabo. Su disolución se dio en el año 539 a.C.
La civilización fenicia estaba construida sobre diferentes ciudades estado, al frente de las cuales estaba la ciudad de Sidón, que servía para poner en contacto a la región del norte y la del sur. Tiro o Biblos serían otras importantes ciudades estado. Se trata, junto a griegos y cartaginenses, de las principales civilizaciones antiguas de las que nosotros nos hemos alimentado culturalmente. Los fenicios dictaminaron durante mil largos años el destino del mundo antiguo en la zona mediterránea, hasta que el enorme desarrollo del Imperio Romano pondría fin a su notable hegemonía tras perder una larga y sangrienta guerra. Existen teorías no contrastadas de que los fenicios llegaron incluso hasta el Archipiélago de las Azores y, en último término, incluso hasta América.
No obstante, aún no han podido ser aprobadas con una certeza empírica acorde a la importancia de esta teoría.
Lo que a este trabajo concierne es el análisis de la expansión colonial de la civilización fenicia, la cual fue, primordialmente, de ámbito comercial. El pueblo fenicio, cuyo nombre le vino dado por el término pōnīm y que significa, literalmente, región costera de Canaán, fue ante todo un pueblo de comerciantes. Aprovechando la inmejorable coyuntura geográfica que para ello ofrecía el mar Mediterráneo, basaron su economía en el comercio.
A diferencia de los romanos o los egipcios, los fenicios se caracterizaron por la poca sensibilidad hacia la historia. No les importó dejar su huella en la historia en forma de grandes estatuas o sarcófagos, lo cual limita ostensiblemente el conocimiento que podemos poseer de esta civilización hoy en día. La mayor herencia recibida de la civilización fenicia es la cultura comercial que ellos crearon y que las diferentes civilizaciones han ido desarrollando hasta llegar al capitalismo como forma de organización económica y social.
Es precisamente el comercio el motivo único que llevó al pueblo fenicio a iniciar un proceso colonizador a lo ancho del mediterráneo. Eran los mercaderes por excelencia de la antigüedad, y el tinte púrpura era su más valioso producto. En sus inicios, el comercio se basaba simple y llanamente en el intercambio de objetos desarrollados en Fenicia por otros propios de las zonas colonizadas. Posteriormente, la moneda facilitó dichos trueques. La enorme expansión colonizadora llevada a cabo por el pueblo fenicio provocó la necesidad de desarrollar buques navales primitivos y explorar nuevas técnicas de navegación marítimas.
Analizando el desarrollo de la colonización fenicia, podemos observar que en ningún enclave portuario conquistado se decide prolongar la conquista hacia el interior. En ningún punto del mar Mediterráneo conquistaron los fenicios los territorios del interior del continente, sea asiático, africano o europeo. Por el contrario, se limitaron a colonizar localidades costeras. En su momento histórico de máximo apogeo, su proceso colonizador comprendía prácticamente la totalidad del mar Mediterráneo (a modo de curiosidad, comentar que fueron el primer pueblo colonizador de la Península Ibérica, extrayendo de ella cobre y plata –Adra, Málaga, Cádiz o Almuñécar-).
El estaño y el hierro de las regiones asiáticas, el cobre de la ciudad de Kition (Chipre)… cada enclave ofrecía sus ventajas a este pueblo de comerciantes. Tornaba clave el estrecho de Gibraltar (convirtiéndose así Cadiz en una auténtica base de operaciones para el pueblo fenicio), por dos motivos principales. Para empezar, porque era allí donde pescaban los gigantescos atunes que les permitían emprender rutas interminables. El segundo motivo, y crucial, porque cerraba la ruta a las indias y abría la ruta a Britania. Ambas dos provocaron un conflicto irreparable con el Imperio Romano. La segunda resulta obvia, se trata de imperialismo puro y duro y lo hemos conocido durante toda la historia de la humanidad hasta nuestros días. Por lo que respecta a la primera, el problema provocado giraba en torno a la sal. La sal tornaba en elemento indispensable para la conservación de los atunes, y los fenicios la obtenían de Sicilia.
Además, la concepción colonial de los fenicios cambió. El pueblo fenicio nunca había sido un pueblo de guerreros. De hecho, cuando la guerra en su propio territorio se hizo inevitable, no dudaron en mudarse a la actual Túnez y en fundar la que sería su nueva ciudad reina; Cartago. No obstante, llegados al punto de invasión territorial al que llegaron los fenicios, se percataron de la necesidad de cambiar las pequeñas ciudades comerciales por fuertes enclaves militares.
Su progresiva militarización, así como la importancia territorial que el pueblo fenicio poseía, hizo imposible la guerra con el Imperio Romano. Fue la consecuencia directa de su expansión por el occidente del continente europeo, pese a que, como ya se ha mencionado en este mismo informe, el pueblo fenicio nunca ahondó en los territorios más allá de la costa mediterránea.
Cartago sucumbió frente a los romanos en Sicilia, viendo destruida su flota. Posteriormente, Aníbal volvió a declarar la guerra al Imperio Romano, llegando con sus elefantes y con un ejército de mercenarios españoles a plantar cara y plantarse a las puertas de Roma. Victoria tras victoria, termina perdiendo la batalla de Roma. Cartago sobrevive pero únicamente para ser apostillado por los “bárbaros” del interior del continente africano.
La historia está repleta de guerras entre civilizaciones guerreras y otras que no lo son. Esto fue lo que ocurrió exactamente entre fenicios y romanos. Los comerciantes que habían dictaminado el destino del mundo clásico vieron, en unos pocos años, su imperio reducido a cenizas. Cartago quedó reducida a la inexistencia, pero al mismo tiempo reservó su lugar en la historia.
Reflexionando acerca del legado que los fenicios nos han dejado, es preciso considerar la importancia que ejercen los vencedores en el relato histórico construido Sin ninguna intención de menospreciar la tremenda importancia del Imperio Romano y su legado dejado a la humanidad venidera, ¿es realmente menor la importancia que nos ha dejado el legado del pueblo fenicio? Se trata de los primeros comerciantes por excelencia del mundo clásico, del pueblo que, si bien no dejó un legado para la historia en forma de grandes monumentos, sí lo hizo dejándonos su cultura del comercio. Una cultura que se ha ido desarrollando sin parar hasta la actualidad, y que en nuestros días continúa siendo un aspecto absolutamente crucial en las sociedades modernas.
Bibliografía
“Fenicios evanescentes”. Alfredo Mederos Martín.
“La ocupación fenicia”. Nuria Álvarez, Carlos Gómez, Jose Luis de Madaria y M. Habibi
Documental “Historia de los fenicios” TVE
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